“Amigas... siempre seremos amigas
para narrar nuestras penas una a una
y poseeremos así como espectadores
al viento, la noche, la luna, el sol y la lluvia
Amigas siempre sobre todas las cosas
como van fusionados el agua y los peces,
como un delicioso café con leche,
sin que importe nunca distancia ni tiempo que nos separe.”
-Aquí quedó, eres muy linda y no soy para ti - dijo Julio muy alegre, realmente no concebía sufrimiento alguno, sus sentimientos eran incomparables a los de Carla, pero con la mirada intentaba ocultar su alegría disfrazándola de tristeza incontrolable, pero el corazón de una mujer sabe cuando existe sinceridad y cuando esta se encubre de falsedad y lástima, Julio había engañado a Carla y ella sentía que su mundo caía en pedazos; era la primera vez que pasaba eso, la primera vez que había querido tanto a una persona, la primera vez que decidió olvidar a aquel muchacho que alguna vez fue el protagonista de sus sueños rotos.
Muchos hemos soportado el síndrome tan famoso y temido por cada adolescente “El corazón roto”, ese vacío que sentimos al terminar una ilusión que al principio se llenaba de esperanza pero que poco a poco se consume con la tristeza, soledad y otros; el dolor que sentimos es diferente , es mas fuerte que golpearse el brazo incluso preferimos tener una caída a poseer el corazón roto, la superación es muy embarazosa, recuerdos invaden nuestra mente, éstos se apropian de nuestro espíritu y nos ahogan en tristeza y muchas veces en depresión; pero al culminar esta fase es muy gracioso ver esa desilusión desde otra perspectiva, nos reímos de lo que alguna vez lloramos y distinguimos el lado positivo, más experiencias, más vivencias, ya sabemos como desenvolvernos en situaciones delicadas ; en fin, las mujeres debemos besar muchos sapos para tropezar con nuestro príncipe azul.
Carla iba caminando por Avenida Pardo muy triste por que había sido víctima de ese peligroso virus llamado desamor, miraba las calles sin rumbo fijo, subía gradas y las volvía a bajar hasta que cayó.
-¡Solo esto podía pasar! Mi vida está llena de desilusiones, ahora nadie me levantará por que simplemente no existo- vociferaba Carla muy molesta, pero dos tímidas lágrimas rodaban por su rostro.
- Hola ¿Estás bien? Dame tu mano, te ayudaré, mira te haz hecho una herida, vamos te la curaré- dijo una joven de la edad de Carla, cabellos negros, tez blanca, sonrisa cálida, voz melodiosa y sobretodo inspiraba confianza.
- Muchas gracias amiga ¿Cómo te llamas? ¿Creo que te conozco?- preguntaba Carla muy curiosa.
- Me llamo Maissa, yo también siento que te conozco de algún lado, debe ser una casualidad- Respondió Maissa, riendo mientras curaba las heridas de Carla que siempre paraba distraída y no era la primera vez que había sufrido una caída.
- Muchas gracias Maissita, en realidad fuiste la única persona que me atendió, quizás seguiría en el suelo, bueno ya tengo que irme, mucho gusto amiga- dijo Carla mientras desaparecía entre la multitud que caminaba por Ayacucho.
-¡Solo esto podía pasar! Mi vida está llena de desilusiones, ahora nadie me levantará por que simplemente no existo- vociferaba Carla muy molesta, pero dos tímidas lágrimas rodaban por su rostro.
- Hola ¿Estás bien? Dame tu mano, te ayudaré, mira te haz hecho una herida, vamos te la curaré- dijo una joven de la edad de Carla, cabellos negros, tez blanca, sonrisa cálida, voz melodiosa y sobretodo inspiraba confianza.
- Muchas gracias amiga ¿Cómo te llamas? ¿Creo que te conozco?- preguntaba Carla muy curiosa.
- Me llamo Maissa, yo también siento que te conozco de algún lado, debe ser una casualidad- Respondió Maissa, riendo mientras curaba las heridas de Carla que siempre paraba distraída y no era la primera vez que había sufrido una caída.
- Muchas gracias Maissita, en realidad fuiste la única persona que me atendió, quizás seguiría en el suelo, bueno ya tengo que irme, mucho gusto amiga- dijo Carla mientras desaparecía entre la multitud que caminaba por Ayacucho.
La auténtica amistad no es flor de un solo día sino para toda la vida, la amistad se aprende a vivir a través de una larga experiencia, es un regalo que Dios te envía para que puedas cuidar y conservar.
Al llegar a casa, Carla tocó el timbre y su madre abrió muy emocionada.
- Carlita, te presento a la hija de Feli, una amiga mía, estará en tu colegio y compartirán muchos momentos juntas, ven te la presento- dijo Margarita, la madre de Carla mientras cogía el brazo de Carla muy toscamente embargada por la alegría.
- Mamá, estoy muy cansada, tuve una caída en el Centro Comercial – dijo Carla.
- Carla, como es el destino, hoy nos conocimos en una situación muy graciosa- hablaba Maissa riendo de la vida.
- Maissita, es muy extraño pero que bonito, el destino nos está juntando- vociferaba Carla muy asombrada.
- Carlita, te presento a la hija de Feli, una amiga mía, estará en tu colegio y compartirán muchos momentos juntas, ven te la presento- dijo Margarita, la madre de Carla mientras cogía el brazo de Carla muy toscamente embargada por la alegría.
- Mamá, estoy muy cansada, tuve una caída en el Centro Comercial – dijo Carla.
- Carla, como es el destino, hoy nos conocimos en una situación muy graciosa- hablaba Maissa riendo de la vida.
- Maissita, es muy extraño pero que bonito, el destino nos está juntando- vociferaba Carla muy asombrada.
El tiempo pasaba, y las dos muchachas tenían muchas cosas diferentes pero eso hacía de su amistad más duradera. Maissa era una señorita muy sensible, muchas lagrimas inundaban su rostro al observar situaciones dolorosas, mientras Carla guardaba sus sentimientos en el corazón y solo consolaba a Maissa ayudándola para que deje de llorar; Maissa se ilusionaba con cuantiosos muchachitos que cruzaban por su vida, le rompían el corazón pero al día siguiente estaba como nueva, mientras Carla se ilusionaba con solo uno, olvidar era difícil y Maissa con sus experiencias le ayudaba a superar. Maissa no era de salir a fiestas o divertirse con las compañeras del salón, en cambio Carla disfrutaba mucho salir con amigas, pasar tiempo con ellas e incluso cometer algunas travesuras en el colegio, juntarlas era demasiado, una bomba a punto de explotar, en horas de clase reían con cualquier acontecimiento, ambas eran muy estudiosas , sacaban buenas calificaciones, siempre existieron peleas como en todas las amistades desde temas tontos hasta argumentos complicados pero siempre terminaban en un abrazo y un “Perdóname amiga”, pasaron muchos instantes juntas, cada una sabia la vida de la otra como la palma de su mano.
Ya habían desfilado muchos años de amistad, de locuras, de aventuras y ambas ya estaban en el grado donde las desiciones son el futuro de tu vida, me refiero al acreditado quinto de secundaria.
- Carlis, sabes me gusta mucho un muchacho que conocí en uno de los ensayos de danza, realmente es muy lindo, diferente, inteligente y guapo- dijo Maissa a Carla en una de sus tantas conversaciones.
- Maissa ¡Qué picarona! ¿Cómo se llama tu “amado”?- preguntaba Carla riendo, por que ya había escuchado ese cuento más de una vez.
- Se llama Julio, es de nuestra congregación, realmente me gusta mucho- dijo Maissa mientras sus ojos brillaban como dos diamantes.
-¿Qué? ¿Julio?- preguntó Carla muy consternada, recordó a Julio, era él mismo, él que le había engañado, ella nunca le contó a Maissa lo sucedido, pues quería cicatrizar la herida y sabía que la mejor forma era no hablar de aquel muchacho.
- ¿Qué pasa Carla? ¿Lo conoces?- preguntó Maissa muy asombrada pues la reacción de Carla no había sido como otras, sino dibujaba en su rostro preocupación y tristeza, como si le hubieran contado alguna historia triste.
- No Maissa, no pasa nada sino que me asombró mucho que estés tan ilusionada con ese joven- dijo Carla, realmente no podía ocultar la tristeza en su rostro y decidió salir con la excusa del dolor de cabeza.
- Carlis, sabes me gusta mucho un muchacho que conocí en uno de los ensayos de danza, realmente es muy lindo, diferente, inteligente y guapo- dijo Maissa a Carla en una de sus tantas conversaciones.
- Maissa ¡Qué picarona! ¿Cómo se llama tu “amado”?- preguntaba Carla riendo, por que ya había escuchado ese cuento más de una vez.
- Se llama Julio, es de nuestra congregación, realmente me gusta mucho- dijo Maissa mientras sus ojos brillaban como dos diamantes.
-¿Qué? ¿Julio?- preguntó Carla muy consternada, recordó a Julio, era él mismo, él que le había engañado, ella nunca le contó a Maissa lo sucedido, pues quería cicatrizar la herida y sabía que la mejor forma era no hablar de aquel muchacho.
- ¿Qué pasa Carla? ¿Lo conoces?- preguntó Maissa muy asombrada pues la reacción de Carla no había sido como otras, sino dibujaba en su rostro preocupación y tristeza, como si le hubieran contado alguna historia triste.
- No Maissa, no pasa nada sino que me asombró mucho que estés tan ilusionada con ese joven- dijo Carla, realmente no podía ocultar la tristeza en su rostro y decidió salir con la excusa del dolor de cabeza.
Mientras Carla iba rumbo a su casa pensaba en Julio, aquel muchacho mentiroso que había jugado con ella, que la había utilizado para olvidar a la persona con quien la engañó; pensaba en Maissa, su mejor amiga, no sabía si decirle, quizás Julio con el tiempo había madurado y ella sería un estorbo para el inicio de esa relación.
Carla no podía dormir, escuchaba a Maissa relatar todo lo que Julio hacía por ella, los regalos, las flores, las frases que los muchachos siempre emplean, las canciones, los chocolates, sus conversaciones, sus abrazos; era muy difícil, Carla ya no sentía nada por Julio pero la herida empezaba a agrietarse cuando Maissa narraba todo lo que pasaba con él, Carla sin poder explicar nada por temor a arruinar los instantes tan especiales que su amiga pasaba con el muchacho que alguna vez fue dueño de su corazón.
- Carlis, no sabes, Julio se declaró, tengo que presentártelo ahora mismo está en la puerta del colegio- dijo Maissa muy alegre y jalaba a Carla hacía la puerta.
- ¿Carla? Nunca supe de ti desde que cortamos ¿Dónde te haz escondido? Se supone que seguiríamos siendo amigos – dijo Julio muy sarcástico, su forma de hablar era muy déspota alucinaba que era el chico más lindo del Cusco.
- ¿Se conocen? Carla, nunca me dijiste nada, no haz confiado en mí- preguntaba Maissa a Carla que seguía hipnotizada.
- Maissa, lo siento, no recordaba a Julio, pensé que era uno diferente- dijo Carla.
-¿Uno diferente? Soy el único- dijo Julio mientras abrazaba a Maissa.
- Bueno, yo me voy tengo un trabajo de Química- murmuraba Carla muy triste viendo a Julio y Maissa abrazados.
- Está bien Carla, luego hablaremos- dijo Maissa
- Carlis, no sabes, Julio se declaró, tengo que presentártelo ahora mismo está en la puerta del colegio- dijo Maissa muy alegre y jalaba a Carla hacía la puerta.
- ¿Carla? Nunca supe de ti desde que cortamos ¿Dónde te haz escondido? Se supone que seguiríamos siendo amigos – dijo Julio muy sarcástico, su forma de hablar era muy déspota alucinaba que era el chico más lindo del Cusco.
- ¿Se conocen? Carla, nunca me dijiste nada, no haz confiado en mí- preguntaba Maissa a Carla que seguía hipnotizada.
- Maissa, lo siento, no recordaba a Julio, pensé que era uno diferente- dijo Carla.
-¿Uno diferente? Soy el único- dijo Julio mientras abrazaba a Maissa.
- Bueno, yo me voy tengo un trabajo de Química- murmuraba Carla muy triste viendo a Julio y Maissa abrazados.
- Está bien Carla, luego hablaremos- dijo Maissa
Carla caminaba y recordaba a Julio, la herida ya estaba abierta, su mejor amigo con el chico que le hizo daño, se preguntaba si era correcto destapar aquella historia con Julio para prevenir a Maissa o dejar las cosas así.
- Carla, espera, te extraño y hoy al verte después de tanto tiempo recordé lo que pasamos juntos- gritó Julio a lo lejos mientras se acercaba a Carla.
-¿Qué dices? Tú haz terminado conmigo, no entiendo como puedes extrañarme, ahora estás con una persona muy valiosa para mí y no voy a dejar que tengas estos comportamientos-dijo Carla muy molesta, pues las insinuaciones de Julio eran muy claras.
- Carla, cometí un error, prometo que cambiaré, quiero volver contigo; terminaré con Maissa, la conozco hace poco; contigo pasé 2 años de relación y no puedo olvidarte- respondió Julio aparentando tristeza.
- Eres un sínico, como puedes estar con mi mejor amiga y sentir algo por mi a la vez; te engañas a ti mismo y engañas a Maissa, no puedes jugar con fuego, ambas somos muy amigas y nuestra amistad es más fuerte- dijo Carla.
- Tú te lo pierdes, chau Carla espero que no te arrepientas, son 2 años de relación- vociferó Julio mientras cruzaba la pista de San Blas.
- Carla, espera, te extraño y hoy al verte después de tanto tiempo recordé lo que pasamos juntos- gritó Julio a lo lejos mientras se acercaba a Carla.
-¿Qué dices? Tú haz terminado conmigo, no entiendo como puedes extrañarme, ahora estás con una persona muy valiosa para mí y no voy a dejar que tengas estos comportamientos-dijo Carla muy molesta, pues las insinuaciones de Julio eran muy claras.
- Carla, cometí un error, prometo que cambiaré, quiero volver contigo; terminaré con Maissa, la conozco hace poco; contigo pasé 2 años de relación y no puedo olvidarte- respondió Julio aparentando tristeza.
- Eres un sínico, como puedes estar con mi mejor amiga y sentir algo por mi a la vez; te engañas a ti mismo y engañas a Maissa, no puedes jugar con fuego, ambas somos muy amigas y nuestra amistad es más fuerte- dijo Carla.
- Tú te lo pierdes, chau Carla espero que no te arrepientas, son 2 años de relación- vociferó Julio mientras cruzaba la pista de San Blas.
Carla muy consternada entró a su dormitorio y empezó a llorar, recordó muchas cosas que pasó con Julio, pero él estaba con su mejor amiga y no sabía como contar todo a Maissa, hasta que el celular empezó a vibrar.
-¡ Demonios!- dijo Carla, era Julio quien la llamaba.
Los remordimientos no podían dejar que cierre los ojos antes de viajar al mundo de los sueños, inmediatamente Carla fue a hablar con Maissa y le contó lo sucedido.
-¡ Demonios!- dijo Carla, era Julio quien la llamaba.
Los remordimientos no podían dejar que cierre los ojos antes de viajar al mundo de los sueños, inmediatamente Carla fue a hablar con Maissa y le contó lo sucedido.
Una amiga verdadera es alguien que cree en ti, es la persona que estará apoyándote siempre corrigiendo tus errores para que mejores como persona, es aquella que entra cuando todos los demás se van, dejan huellas en tu corazón que ni el tiempo ni la distancia pueden deshacer, es superior a cualquier precio, es un abrazo que siempre quedará almacenado en la mente de cada uno para sacarlo en momentos de tristeza, una verdadera amistad es el mejor tesoro que Dios nos puede regalar.
Maissa y Carla descubrieron las mentiras de Julio después de una trampa que ellas planearon, Julio tenía otra “enamorada” era la misma con quien había engañado a Carla, las amistad de ambas fue más fuerte que todo.
Los meses transitaron y ambas percibieron esa desilusión como algo muy gracioso, la experiencia mas ocurrente e inmadura que habían disfrutado en su vida, pero el destino muchas veces nos pone a prueba, Maissa tenía metas diferentes a la de Carla, Maissa ambicionaba ir a Cuba a estudiar Medicina, la carrera con la que había soñado toda su vida y Carla quería ser una gran antropóloga y abogada, pretendía estudiar todas las culturas que se desarrollan en el Perú a profundidad y relacionarlas con el campo del Derecho, una carrera que le gustaba mucho; la distancia era el primer examen, Perú y Cuba, realmente lugares muy alejados, el tiempo, las llamadas, la comunicación, los amigos, las personas.
El último año escolar ya terminaba, las dos jóvenes empezaban a abrigar el vacío que sentirían cuando una se aleje de la otra, ¿Ahora quién estará a mi lado en las buenas y malas? Ninguna quería tener una relación con un chico por todo ese tiempo, para ambas era algo accesorio, preferían la amistad, el estudio y los buenos momentos con la familia.
Último día de clases, al día siguiente Maissa viajaba a Lima para tramitar todo el viaje a Cuba, solo llegaría una vez al año.
- Carlis, se que no nos volveremos a ver hasta el próximo año pero nuestra amistad es más fuerte que todo, siempre nos escribiremos y nos contaremos todas las cosas que hacemos; tú aquí, yo allá, nunca renunciaremos a nuestra amistad y no dejaremos que la distancia arruine todos estos años de amistad, yo te quiero demasiado amiguita siempre estaré contigo- dijo tiritando Maissa, con los ojos llenos de lágrimas y el alma destrozada.
- Mi Maissita, siempre estaremos unidas hasta que seamos “abuelais”, esto es solo una prueba, cuando vengas no vamos a sentir el tiempo que estuviste lejos, yo también ire a Cuba a visitarte, ahorraré todos los años para viajar y verte amiga, siempre seremos como un delicioso café con leche- respondió Carla, mientras abrazaba su mejor amiga, fue el abrazo más triste que dio en su vida, se despedía de la mejor persona que había conocido.
- Carlis, se que no nos volveremos a ver hasta el próximo año pero nuestra amistad es más fuerte que todo, siempre nos escribiremos y nos contaremos todas las cosas que hacemos; tú aquí, yo allá, nunca renunciaremos a nuestra amistad y no dejaremos que la distancia arruine todos estos años de amistad, yo te quiero demasiado amiguita siempre estaré contigo- dijo tiritando Maissa, con los ojos llenos de lágrimas y el alma destrozada.
- Mi Maissita, siempre estaremos unidas hasta que seamos “abuelais”, esto es solo una prueba, cuando vengas no vamos a sentir el tiempo que estuviste lejos, yo también ire a Cuba a visitarte, ahorraré todos los años para viajar y verte amiga, siempre seremos como un delicioso café con leche- respondió Carla, mientras abrazaba su mejor amiga, fue el abrazo más triste que dio en su vida, se despedía de la mejor persona que había conocido.
Maissa fue a Cuba y Carla estaba en Cusco, ambas estudiando, conviviendo con personas diferentes pero siempre se comunicaban, se apoyaban en todo, el tiempo transitaba y no sentían la distancia que las alejaba, la amistad que conservaban era del metal más fuerte que nadie puede destrozar, nunca abandonaron esa amistad hasta el final.
“Mucha gente entra en y sale de tu vida a lo largo de los años. Pero solo los auténticos amigos dejan huellas en tu corazón. La amistad es un alma que mora en dos cuerpos y un corazón que habita en dos almas”