domingo, 23 de agosto de 2009

Fotografías


Alguna vez por equivocación abrí un pequeño baúl en la casa de mi abuelo fallecido, era un baúl muy antiguo con grandiosos adornos colosales dorados y un candado con una imagen muy extraña, la curiosidad me incitó a indagar la forma de agrietarlo, después de un gran esfuerzo logré mi propósito; cartas, navajas, dinero antiguo, fotos…¿fotos?
Me sorprendí por que observé un sobre henchido de fotos, mi primera sospecha ¿Fotos de mi mamá de joven? ¿Fotos de mis abuelos?

Abrí aquel sobre que revelaba un color pajizo por el paso del tiempo, con mucho cuidado y sin que nadie me notara.

Miré y miré no se trataba de fotos de mi mamá de joven, mucho menos de mis abuelos, que imaginación la mía; eran fotos muy antiguas deduzco que pertenecían al siglo XIX, muy asustada fui donde mi abuela a preguntar de que se trataba todo eso, me pareció muy macabro.
Después de una larga conversación y podría decir también alimentación a mi cerebro, mi abuela me relató que mi abuelo guardaba fotos de familiares fallecidos, no las mostraba por que eran de interés privado, qué podían pensar mis padres o mis tíos.

Estas eran llamadas fotografías POST MORTEM, se piensa que es toda aquella ejecutada tras el fallecimiento de una persona, se desarrolló en el siglo XIX. Estas imágenes post mortem eran tomadas como recordatorio familiar, fotografías encomendadas por particulares para su uso o exposición privada quiere decir dentro del propio domicilio.

El proceso consistía en vestir al difunto con una vestimenta especial y hacer que participe en un retrato grupal es decir una última fotografía familiar. Las imágenes de fallecidos los exponen en disímiles actividades con sus familiares vivos, ancianos cadáveres con sus trajes distinguidos mantenidos por su bastón o bebés muertos en sus carros junto a sus progenitores, en su regazo. A veces acompañados por relojes de mano que mostraban la hora de la muerte, etc.
Pero que tipo de personas manipularían el cuerpo de bebes difuntos, mujeres o ancianos; por ejemplo una madre que lleva en sus manos a uno de sus hijos muerto pero que este muestre algunos rasgos de alegría o los ojos abiertos, según algunos estudios los encargados de maquillar a los difuntos utilizaban cucharas para poder abrir los ojos de estos así aparentaban vida o dibujaban sonrisas en sus rostros; de esta forma los familiares no olvidaban a los fallecidos.

Esta costumbre ha desaparecido, pero las fotografías se conservan en algunos lugares como símbolo de que la persona fallecida sigue viva y acompañando a sus familiares siempre; no tenían ningún fin macabro simplemente era una tradición.







Cada una de estas fotografías encierra un sentimentalismo extremo.